VEOLIA DOBLEGA A TERE


Esta semana –el jueves, para ser precisos– se cumplen 500 días de que la alcaldesa Tere Jiménez expresó en un posicionamiento público aquella famosa frase de que “CAASA se va”; pero el tiempo ha pasado, y aquellas bravatas y promesas quedaron en simples declaraciones mediáticas.
Menos recordado es que aquel 3 de septiembre de 2018, Tere Jiménez también anunció un plan para mejorar el servicio del agua potable, que en una primera etapa consistiría en acciones –nunca definidas, ni por ella, ni por las otras autoridades presentes– encaminadas a lograr una mayor eficiencia y cobros justos; además, se comprometió a brindar informes puntuales sobre los trámites legales (lo que no ha ocurrido).
Mientras el Ayuntamiento de Aguascalientes festejaba el golpe mediático, sin importarles que nunca echaron a andar aquel ambicioso plan; en la concesionaria reaccionaba, 10 días después anunciaron un cambio de imagen y de nombre: CAASA desaparecía para dar paso a Veolia.
Aunque las autoridades municipales y la concesionaria aseguraron, por separado, que emprenderían acciones para mejorar el servicio; entre los usuarios coincidían en señalar que el único cambio evidente fue un incremento en las tarifas.
Las quejas al respecto no se hicieron esperar: casi cuatro meses después del “CAASA se va”, el 10 de enero de 2019, en un acto que reunió en la Plaza de Armas a autoridades estatales y municipales, así como a simpatizantes de la agrupación denominada FEOI, los asistentes se quejaron del alza en los cobros del agua potable; cuando hizo uso del micrófono, Tere Jiménez perdió la bravura que había demostrado en el pasado en contra de la concesionaria, pues justificó las altas tarifas, señaló que estas obedecían a ajustes en el costo de la electricidad, encareciendo así el servicio, pues la energía se utiliza para extraer agua de los pozos.

Municipio dejó de reportar procedimientos y quejas 

Pero no es el único cambio de actitud desde el Ayuntamiento de Aguascalientes hacia Veolia:
CCAPAMA, el organismo municipal encargado de regular el servicio del agua potable, comenzó a ocultar información referente a la concesionaria: en 2019 no reportó en su portal web de transparencia ningún proceso administrativo por violaciones al título de concesión –aunque aquel 3 de septiembre anunciaron que emprenderían una estrategia legal para revocarla–; tampoco reportó –como lo hacía en años anteriores– las quejas ciudadanas contra la concesionaria, los descuentos oficiales otorgados en el servicio de agua potable, ni tampoco sobre los fondos y programas encaminados a disminuir los casos de inconformidad.
Un año después del “CAASA se va”, en el marco de su tercer informe de gobierno celebrado el pasado 6 de septiembre de 2019, la alcaldesa entregó un documento que solo menciona en una ocasión a la concesionaria Veolia, asegurando que cumplió un compromiso de campaña al obligarla a fijar “un cobro justo”.
La realidad es que durante la gestión de Tere Jiménez las tarifas se han elevado 14% según los montos oficiales publicados en el Periódico Oficial del Estado de Aguascalientes –acá puede consultarse la de enero de 2017 y aquí la de enero de 2020–; además, existen numerosas quejas de que las autoridades municipales permiten la operación de medidores que no están debidamente calibrados, así, los usuarios reciben recibos inflados porque “cobran el aire”; así como sobre la duplicidad de los recibos.


500 días después del “CAASA se va” y de la prometida mejora en el servicio, basta con echar un vistazo a los grupos de WhatsApp, oír las pláticas de sobremesa y sintonizar las estaciones de radio, para constatar que las quejas van en ascenso: molestias por altos cobro y falta de agua por doquier.

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